En 2025, la perfumería fina se orientará hacia el uso de ingredientes naturales y sostenibles, así como a la creación de perfumes personalizados que se adapten a las preferencias individuales del consumidor. Además, se espera un enfoque creciente en la creación de fragancias que no solo huelan bien, sino que también tengan propiedades terapéuticas, como el uso de aceites esenciales.